
Yo soy el que soy, o en su expresión reducida Yo Soy representa a uno de los siete nombres con el que se presenta el Dios único del pueblo de Israel. Este nombre de Dios tiene un especial cuidado, celo o respeto dentro de la cultura judía, por ser el que describe al Ser Supremo.
El nombre de Dios, Yo Soy el que Soy, es considerado por muchos rabinos intérpretes de las escrituras, como una forma o raíz del Tetragrámaton hebreo יהוה o YHWH, cuya pronunciación más factible sea Yahveh y que es el empleado en la Biblia Hebrea para nombrar a Dios.
En aquel tiempo, Moisés, había dejado el palacio de faraón, estaba ya casado y vivía junto a su esposa en las tierras de su suegro Jetro y sacerdote de Madián. Un día que estaba ejerciendo la labor de pastor, llegó con su rebaño hasta el monte Horeb.

Estando Moisés en el monte, tuvo su primer encuentro con Dios, quien se le apareció en una llama de fuego, que ardía en una zarza. Allí el Señor le dice a Moisés que era su enviado para cumplir la misión de liberar a su pueblo Israel de seguir siendo esclavo en tierras de Egipto.
Inquieto Moisés, continúo diciendo que el pueblo no le iba a creer que el Señor lo había enviado. Y le pide que le diga su nombre para poder comunicárselo a la gente. De este modo el Señor le respondió:
“YO SOY EL QUE SOY”. Y AÑADIÓ: – A LOS HIJOS DE ISRAEL TÚ LES DIRÁS: “YO
Dios
SOY” ME HA ENVIADO A USTEDES-.

Ahora bien, desde el estudio gramatical del idioma hebreo este nombre, tiene un significado: Yo seré el que estaré. Es decir que en esta ocasión el Señor se estaba presentando en la forma de un Dios personal y fiel.
El Dios único y personal de Israel, el que había estado y que siempre estaría presente, para actuar en protección de su pueblo, en resumen “Yo Estoy”. Hoy Dios se revela de la misma forma Yo estoy eternamente presente junto al hombre, Él es fiel, su fidelidad es eterna para todo aquel que lo busca de corazón, ¡Amén!
Desde el idioma hebreo este nombre de Dios es una palabra de cuatro consonantes: יהוה o YHWH, el Tetragrámaton. Por celo a este nombre, la cultura israelí de esos tiempos lo sustituyeron por el nombre de Adonaí, que significa Señor, a fin de no pronunciar el considerado sagrado, YHWH o Yahwe.